Una máquina formada por mentes no se puede frenar, nada que se arranca de a dos o más se puede frenar de a uno, el miedo que me dio siempre, es porque dos ya son una multitud y una multitud no se puede terminar si no quieren todos. Pero con uno alcanza para que todo termine mal. Nunca quise andar armando máquinas cuando todo estaba bien, ¿Para que iba a querer atarme a un engranaje, para que quería más piezas si funcionaba sola? No necesitaba tener otra parte que pudiera fallar. Pero ahora me falla mi parte y me tienta probar agregar otra que me sostenga. En vez de ahogarme en mi vaso de agua, volcarme adentro de la ola.
Porque están los que tienen la idea de que la máquina tenga mil piezas, cada mente funcionando para ellos, pero ninguna pensando, ahí si que no hay chances, algún día alguien tiene una idea y explota todo, se les acaba el mundo, nadie lo puede parar.
Pero en realidad lo que te esta pasando, eso que tenés miedo hasta de decir, que por primera vez en tu vida no tenés ganas de saber, eso que querés estar un ratito más sin tener que escuchar, te está sacando el aire, y no sabes a quien ir a robarle un poco…
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