Lo mío es delirar

Camina rápido rápido desde siempre, es que no le gusta perder el tiempo, dice, como si no lo estuviera perdiendo todo de todas formas. Pero entre aceitunas negras y verdes a veces se le ocurren cosas, como que no quiere llegar a su casa y que quiere caminar y no subirse al colectivo, nada dice que si va en el colectivo va a ser mejor. Así que camina, casi corriendo, y se le ocurre de nuevo, que si no tiene ganas de llegar no tiene porqué volar, baja todos los cambios de repente, y se da cuenta de que el camino de todos los días, o mejor dicho, las diez cuadras que durante años fueron las de todos los días y ahora perdieron ese privilegio, son otra cosa, es completamente distinto, entre esas 4 o 5 cosas que mira todos los días, la pizzería, los dos kioscos, la casa con un portón blanco, la farmacia, y ese par de casas que tiene en la cabeza, hay mil casas, en esas casas vive gente, (por primera vez se da cuenta de que está pasando a metros de muchísima gente, que es como si no existiera, y que toda la vida es así),  algunas tienen carteles, cortinas, rejas, flores, hasta hay una que parece escondida atrás de una selva, ¿Como puede ser que pases siempre por ahí y no veas que hay una selva? ¿Y porqué si sos tan distraída y pasas como si te llevaras esas 10 cuadras por delante, siempre te quedas mirando el portón blanco y los dos kioscos, el de la puerta violeta y el del gato afuera? Hay un edificio amarillo gigante, hay un negocio que dice vender regalos y útiles escolares, y si mirás un poco mas lejos, para adentro de las calles, o levantás un poco la vista, todo es raro, y tuviste que dejar de pasar por ahí cien veces al día para verlo. Y además lo ves si luz.