12.7.10

El futuro se vuelve un poco más cercano, las cosas se tornan más reales y eso puede llegar a ayudar a que mis palabras suenen un poco menos abstractas, aunque eso me cuesta horrores. Nunca faltó tan poco; pero en este caso esa frase no es una metáfora, es así. Ya esperé lo que estoy esperando, llegaron a faltar menos de dos semanas, creo que diez días, por suerte nunca fui buena acordandome fechas. 5 días. Todo indica que ahora sí, que este año no va a pasar nada extraño, asi que ya me voy animando a hablar de esto. Siempre que le cuento a alguien a donde es que me voy, que voy a hacer, me cuesta encontrar las palabras. Eso de que se me pierdan las palabras es algo que me molesta mucho. Espero volver con suficientes palabras para transmitir lo que sienta allá, aunque algún presentimiento me dice que si las palabras no me alcanzan ahora no van a alcanzarme nunca. Y me voy por las ramas abstractas otra vez, así que redondeo. El sábado me voy a Añatuya. A dar lo que pueda de mí, a abrirme y vivir un poco de otra forma. Estoy tan ansiosa que estos ultimos días me cuesta pensar en lo que estoy haciendo, esa sensación que tengo siempre que espero algo, de que mi cabeza ya llegó y yo me quede por el camino, que siempre digo que quiero abandonar, pero es la forma de vivir que más conozco.  Y siempre que vivo así, en la espera y el artazgo, digo lo mismo:  Me quiero ir.

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