Galletita del otro mundo

Estoy bailando en la cama, entro entera en el espejo chiquito, tengo una remera blanca, laaaarga, robada. Salto. Me tiro por el tobogán de agua, el tubo está lleno de agua, me ahoga un poco, solo un poco. Me tiro muchas veces, nunca termino de caer al agua, veo caer a los demás. Me voy a tirar por ultima vez, por el rojo, se dice que es en el que se cae más rápido. Alguien me dice algo sobre los kilómetros por hora y yo veo como en mi cabeza se hacen unas cuentas con números amarillos, que no se terminan de resolver. Me tiro y no puedo respirar, me desespero,  respiro igual y va a entrar agua. No me lastima, es agua de aire. En algún momento se me ocurre que debo estar dormida y me peleo para despertarme desde el tobogán rojo, pero el cuerpo es pesaaaaaado.  Salto otra vez. Estoy sentada en la mesa, comiendo con "la enojada", una chica que está sentada al lado mío, y nunca me mira a la cara. Hay en la mesa una botella de agua que no es nuestra, un jugo de ella, y muuucho, muuucho pan con mayonesa. Comemos pan con mayonesa sin pagar, pero eso está mal. Salto otra vez. De nuevo parada en la cama bailando. Me como una galletita. De arroz con chocolate. Que rica que está. Salto en la cama hasta el infinito. Estoy caminando por la escalera, en ese mundo nadie la amenaza con demolerla, se me cae la yerba y la junto, escalón por escalón, no quiero que me vean.  Salto final.

Me despierto, ya se veía venir que esta locura era un sueño, si, pero todavía tengo en la boca el sabor de la galletita de arroz. Sabor reaaal, muy real.  

Tardé nada más 30 segundos en darme cuenta de que me había comido la galletita en la vida real en un instante de casi sonambulismo, justo antes de tirarme por el tobogán rojo y cuando fui del sillón a la cama. Pero que buenos 30 segundos, ya estaba segura de que me había comido una galletita en otra dimensión.

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Yo no quiero argumentar sobre otro texto, yo te quiero contar un cuento.

Tenemos un plan. después les cuento ;)

analogías extrañas a las cinco de la mañana

"Roto el vínculo colonial, pronto se hizo evidente que el Virreinato del Río de la Plata resultaba un ámbito unificado sólo por el control español. Las ideas y principios de la revolución no conseguían ser por si mismos un factor aglutinante que mantuviera la unidad del ex Virreinato."  ¿Cómo me voy a concentrar si son las cuatro y media de la mañana y yo encuentro analogías entre la revolución de Mayo y la reunión de exalumnos (o cualquier otro evento relacionado al arrancamiento de autos anteriormente mencionado...)  ?  Fuimos un estado encausándose para el mismo lado hasta que terminó una etapa y ahora cada uno tiene "diferentes intereses en cuánto a tradiciones, historia, intereses políticos y económicos".  Que loco que un país entero funcione como una sola persona o que una persona parezca un mundo. ¿Y a qué puede hacernos acordar esto? A ese juego extraño que jugabamos tan seriamente, ponernos carteles con nombres de países y actuar como ser un país, debe haberme ayudado a encontrar esas relaciones extrañas entre vínculos personales y vínculos coloniales.

Y la relación entre el costo de oportunidad y la vida amorosa la dejo para otro día, porque ya me suena que estar leyendo economía a estas horas, además de loca, me está volviendo fría.

hasta mañana, que es lunes.

Y si no es porque yo me equivoco, o que justo se te ocurre espiarme, es el azar que me pide que te mande un saludo. Pero por más que  aparezcamos en nuestras mentes o nos cruce la casualidad, nunca nos volvimos a cruzar en el camino. Yo no sé quien corta todas las rutas que llegan acá.
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En tu cajón de papeles garabateados no queda ya lugar para esconder otro río de tinta, aprendé de una vez a no llorar palabras, calmate y que te salgan de una vez esas historias que te vuelven loca, te vieron hablando sola en un colectivo y riendote por Rivadavia, como es que pensas todo el tiempo en historias que no existen y después hablás de vos?  Esta gente que hace las cosas al revés.  Hasta asustaste a más de uno.

lo de siempre, en otro idioma.

En un intento de disimular creatividad, se pone a mirar como el caballito de mar mira cada vez más enojado, se acerca a ella, a todas esas versiones de ella de las que no se puede librar, y nunca llega a la playa, al fondo del mar, no ve a esos peces hipnotizados que siguen al ojo a donde quiera que valla, lo ven tan gigante y con poder de llegar a cualquier lado, pero el ojo no para de mirar a la luna, esa luna conquistada por quien sabe quién, tan cerca y tan inalcanzable, y están las personas, los que se hamacan enamorados dentro del propio ojo, tan cerca suyo que no alcanza a verlos, y el que colgado de una pestaña quiere alcanzar el tesoro, su tesoro marciano que se la pasa buscando y nunca termina de atrapar. Y está el hombrecito que llegó a la luna pero no puede sostener a la chica del vestido, la luna no era lugar para ella y se cae, está siempre a punto de caerse y nadie se da cuenta que está ahí, parece solamente el viento, o un vestido, o una flor marchita, hasta un saxo me dijeron, pero la realidad es que es ella, siempre al borde del abismo, y el fuego la llora, pero la lava del volcán nunca la llega a quemar. Estáticos, a un paso de los demás mundos, todos demasiado deformes para entender, y la sirena, ella a veces alegre a veces tan insoportable, siempre con la misma sonrisa inexpresiva, creyéndose reina de esa pared. Pero ahora va naciendo enfrente otro punto de vista, otro universo que les hace la competencia, una luna un poquito más accesible y unos seres con alas que amenazan con llegar lejos. A Marte, ese es el objetivo.

Hay detalles que  dan miedo cuando una imagen tan inconciente se describe con palabras.

Pasas de uva.

Tres problemas en la vida: 

El de siempre, (el otro de siempre sería un subtítulo)

El de los autos que arrancan (para más información recurrir acá al costado)

Y el tuyo, universalmente tuyo siendo quien seas, cuando interactuamos. Tener que estar pendiente de quien sí y quien no. Yo no tengo una intuición natural para darme cuenta de esas cosas.  

 Como sé que estas cosas hartan te dejo que te vallas, pero contestame si es una virtud o un defecto eso de evitar el tercer problema a costa de vivir eternamente el primero. 

Chau, que no entiendo. 

No me creerías lo que llegué a parecerme a lo que desapareció de vos, o a lo mejor llegue a ser algo que solo aparentabas. No necesesitabas igualmente nada así. Y ahora yo no tengo idea de a quien necesito, y si la tengo no me necesitan... Como siempre, pero en fín, dos cosas más:  La primera es que está bien así, un poco tétrico pero me llevo bien con migo misma después de esas influencias.  Y la otra:  ¿Porqué la adicción a hablarte, aunque desde antes de que empiece a pensar habías dejado de escucharme, aunque no tenga idea de quien sos ahora, aunque seas casi una creación de mi cabeza?  ¿Alguna vez voy a poder volver a hablar así con alguien?  

Otro basta para la colección, ya ni me lo creo, a vos que siempre te fuiste de todos lados, yo no te puedo echar porque no estás.

espero que no pierdas la locura por el camino.

Te bajás del colectivo, caminas 3 cuadras derecho, doblás en el supermercado chino, cruzas una avenida, te metés por el túnel. Subís por la escalera, das tres vueltas y caminas unos pasos, vas a ver un árbol amarillo, te trepás, desde la última rama te subís a la medianera de una casa naranja, te ponés a pensar en el color naranja, así no te pones nervioso mientras caminás por la parecita, va a haber una soga, no te trepes, tirate como si fuera una liana, vas a aterrizar al lado de un lago, si te fijás está lleno de troncos en la orilla, construíte una balsa, esperá a que el viento valla para el norte, si no encontrás el norte esperá a que salgan las estrellas y que te guíe la cruz del sur, ahí te subís a la balsa, contás hasta tres millones cuatrocientos setenta y nueve, te tirás al agua y nadás cuarenta y cuatro brazadas hacia la derecha, te va a estar esperando una ballena, te subís y esperas unos cuantos días y noches que cruce el océano, cuando llegues a la playa pedís ayuda, conseguís comida, te vas a la ruta, hacés dedo y cuando el camión te levante le das mi dirección, estate atento que te voy a llamar telepáticamente para decírtela. Yo te espero.

no te hagas problema, cuando llegues te vas a dar cuenta.

¿Puede ser que nunca hayamos ido para el mismo lado?

Si se hubieran encontrado en algún colectivo hubieran tenido una conversación de locos, no había tiempo que perder en formalidades.

_¿Que es de tu vida?
_conocí un par de planetas, pero vuelvo a los de siempre.
_Yo ayer me di cuenta de que necesito pensar como pienso que es el alma si es que es, hace poco tuve ganas de quedarme lejos hasta que ese lejos fuera mi cerca y volver acá como de visita, decidí que si me invitan a vivir en la selva acepto, se me ocurrió que debe haber alguien en algún continente buscándome, y ahora estoy muy bien pero con un miedo tremendo a que arranquen los autos y no los vuelva a encontrar.
_¿Encontrar a quienes?
_Una historia larga, pero igualita a la del cuento. De repente los necesito y de repente puede ser que no nos necesitemos más, pero no quiero. Yo se que lo leíste, seguro.
_Que bueno, que bueno lo de la selva.
_¿Y los demás planetas?
_Sigo siendo yo.
_De vos siempre hubo varias versiones.
_Confluyen en la misma.
_Siempre hay que elegir a que versión de uno darle más o menos lugar.  O la vida lo elige por vos, eso también  puede ser.
_¿Donde bajas?
_En Puán. ¿Vos?
_(Esta respuesta no puedo ni adivinarla, hace tiempo perdí la omnisciencia en esta historia).
_Ahhh me olvide de algo, me parece que me voy dando cuenta cual es la partícula que me falta. ¿Pero porqué nunca me la explicaste y me ahorraste tanto tiempo de locura?
_¿Porqué yo voy a saberlo?
_¿Nunca te diste cuenta porqué? ¿De verdad me lo decís? Nunca pude creer eso de vos, no era tan complejo darse cuenta. Me conformaba con muchísimo menos cuándo menos significaba estar charlas. Pero parece que se van a disolver del todo en la nada, el otro día estuve en el futuro y me enteré de eso. Volví al pasado solamente para contarte como hubiera sido esta charla que no existió. Y supongo que te habrás dado cuenta de que más te tenía que decir...
Y me olvidaba. El nombre lo tenés mejor puesto que nadie, y el libro es insoportable.
_Te bajás acá, chau, nos vemos en algún otro colectivo.
_No nos vemos, te dije que ya me enteré que no nos vemos ni siquiera en este.

Pero no se encontraron. ¿Tan pañuelo es el mundo siempre para ellos, tan fácil llamarse telepáticamente, y taaan difícil era que la vida les regale una casualidad más, la más típica de todas, la de encontrarse en el 1 o en el 166, antes de que la última partícula de esa conciencia compartida se termine de disolver?   Punto final .