(No) se viene la tormenta.

Tormenta histérica, desde el sábado que estas  haciendote la loca!! , que llovés un rato para joder a los que salen, que llovés otro rato el martes justo cuando yo espero el colectivo, que hoy te la pasás todo el día lloviznando suficiente para mojarme pero no tanto como para abrir un paraguas. Y me haces perder la bufanda y la paciencia.  Largate. Largate como quieras, o te largás a llover con todo hasta que te gastes, o te largas de aquí a lo novela mexicana.  Pero basta, esto de todo el mundo comentando una tormenta que no existe, de pronósticos que amenazan con que la peor parte será esta noche o la siguiente madrugada, de tener que entrar las cosas para que no se mojen y de la gente (incluyendome) tenga unas ganas desesperantes de quedarse en sus casas como si estuviera por acabarse el mundo, me tiene cansada. ¿Que tenés en contra de que el Sol salga? ¿Lo tenes secuestrado? ¿Le hiciste una escena de celos y ahora no se anima a salir?  No te estoy pidiendo que lo dejes salir de noche, es simplemente que lo dejes ir a trabajar. Además no te ilusiones, que él es una estrella y vos que sos, ¿Un montón de nubes grises?  No llegás ni a relámpago.   Y sí, canalizo toda mi bronca en vos, tormentita de mentira, porque no me hubiera importado tanto despertarme de nuevo con los martillazos, perder el pañuelo, que se me caigan las monedas, que este tomada la puerta de Puán, que el colectivo venga llenísimo, ni que la gente ande enamorada por la vida, si hubiera habido sol. El Amarillo es de protesta.