Rutina no rutina igual arrastra

Volver, ver televisión hasta morir, y mañana será otra vida, ya perdimos el tiempo, la noción del tiempo, las prioridades y el rumbo. Nos queda la novela, pero la peor de las novelas que nos ahogaron los existencialismos en estos últimos siglos que compartimos.

Desvarío

Siendo la madrugada del sábado 21 de abril del año 2012 puedo decir que acabo de elaborar el pensamiento más absurdo de mi vida. Cualquiera, Tamara, cualquiera.

Consideraciones post-siesta, antes de despertarme del todo.

Que incompartible puede significar no compatible con nadie, en algún raro punto, así que es un fallido buenísimo. Que no me acuerdo qué estaba soñando en un momento en el que quería despertarme y no podía, cosa horrible, de algo me quería escapar y no, ganó el inconciente. Que eso es en realidad muy bueno. Que no tengo que comunicarme con nadie hasta un bueeeen rato después de levantarme, (incluso de las siestas), porque unas buenas partes de mi no se levantan conmigo a veces,  y que  ya lo aprendí. Que por suerte esta este recuadro para explotar la comunicación impulsiva reciendespertada y que no modifique a nada ni a nadie. Que escribir fiesta en lugar de fiesta refleja lo vieja y rarita que me estoy poniendo. Que en los momentos de puro fastidio lo que más quiero en la vida es un yogur de kiwi.

-¿No te parece que acá hay algo raro?

-¿No te parece que lo raro es que vos te estés fijando en esas cosas?

Neuronas en rebeldía

Cuando tengo que hacer algo que no me gusta del todo,  no puedo evitar exteriorizarlo en un capricho insoportable primero, contarle a todo el mundo lo desdichada que estoy y volverme un ser quejoso e insoportable por aproximadamente dos o tres horas. Después del suficiente escándalo, tengo suficiente energía asesina para realizar cualquier tipo de actividad estresante en dos minutos, cegada y sin que me importe más nada, ni el malestar momentaneo ni el resultado final, ni los eventuales problemas filosóficos y existenciales que pueda tener. Después me olvido y soy feliz de nuevo, y a veces tienen tanta mala suerte  los que me toleran, que  me sale bien y quienes me bancaron el capricho tienen que bancarse un pedido de disculpas por ser tan tonta y que les cuente y muestre lo bien que salió todo y qué razón tenían al insistirme y calmarme, y que no volverá a ocurrir, y que bueno que les hice caso, y que los tengo conmigo, y esta vez es la última enserio, y ya voy a aprender,  disculpe las molestias.

Pura coincidencia

No señora, ese no es motivo para ponerse así ni romper nada. Usted ya sabía a donde se metía, o mejor dicho que no podía entrar a ningún lado. Y tampoco me vaya a decir que en algún momento pensó que iba a lograrlo, porque si yo ahora le abro la puerta, estoy seguro de que usted sale corriendo.

awakening

Chocolate, verte en sueños, esperarte, ir a tu casa, reemplazarte, avergonzarme, escaparme de vos, trepando en una selva de hamacas paraguayas, en tu fondo. 

No de vos misma, no te engañes. Atás cabos.

Histérica, frustrada y arrogante.

La mejor foto

Lo más parecido a un psicoanalista.

Con tanta ciencia desbordada. (No hay tanta.)

Subió en Malabia

Tarde de sábado, subte línea B, el que va al centro de la tierra. Se sube una chica, se sienta frente a él, que mirará su extraño proceder intentando decidir si esta haciendo algo muy tonto o algo muy importante. La chica abre su mochilita de colores, casi infantil. Está vestida de jeans y rna remera que no dice nada. Saca un par de zapatos altos, se quita las ojotas y se los pone. Guarda las ojotas, se pone aritos, collar con piedritas, pulserita plateada y un cinturón. Saca una cajita negra con un espejo y se empieza a pintar. Se maquilla en los ojos seriedad gris perlada. Se pinta labios rosas de persona ocupada. Remarca y remarca los ojos de negro, crece las pestañas, como si esa mirada hubiera visto el mundo. Rubor opaco, para taparse los cachetes rojos . Se ata el pelo, como para que no se le escape. Perfume de flores de muestra gratis.  Un saquito negro de encaje.Tiene una cartera negra enrrollada adentro de la mochilita. La estira, pasa todas las cosas, y guarda, abollada, la mochila. Se baja en Florida, más alta, más vieja, disfrazada de mujer.