Volví. Y las dos ideas que me estuvieron rondando todo el mes por la cabeza, ahí están, una hecha a medias y estrellada en secreto contra el monitor, la otra volando por la estratosfera, donde se quedan siempre las ilusiones. Y ahora mis horizontes son mucho más mundanales: Burocracia por las mañanas, siestas por las tardes, novelas por la noche y una rutina insoportable de principios de febrero.
Si yo estaba tan bien ahí!! Cuando estaba de buen humor pensaba que a lo mejor acá me esperaba alguna sorpresa; y en el peor de los casos me lamentaba porque no me esperaba nada. Pero acá estoy, frente al desastre.
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