Desde planes delirantes frustrantes hasta animarme a poner play y aceptar desafíos nuevos, pasando por viejas pasiones y por un misterio imposible de resolver, y planes y palabras y más. Días como ayer. Y días como hoy, que ahí voy, que me meto en el termo y no me importa nada, rarísimos cables a tierra tengo yo. Y en definitiva, nada como un panqueque con dulce de leche y ver la novela, nada como eso, nunca.
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