La euforia es un
aluvión inminente
(lo naranja es lo que cuenta.)
El aluvión se forma siempre en el
mismo lugar, sin embargo es imposible prevenirlo. Se produce por la acumulación
de tierra, arena, roca y limo en zonas elevadas. Los elementos se depositan
poco a poco, durante largas épocas de
buen tiempo. Pero cuando tarde o temprano sobreviene una fuerte lluvia, justo
en la cima de la montaña se origina el aluvión, un río de barro que se lleva todo
por delante y arrasa con casas, autos, plantas, árboles, animales, destruyendo
todo lo que encuentra a su paso.
Así se comporta la euforia. Es un
momento de entusiasmo, de alegría. Tal vez se parece a la felicidad. Pero
ignora las piedras que se van acumulando mientras la exaltación aumenta cada
vez más, y cuando estamos en el punto máximo, se desmorona ante la primera gota
de lluvia, y en el derrumbe arrastra todo lo bueno que hay a su paso.
El aluvión es reincidente: La
erosión que produce da lugar a que los sedimentos se vuelvan a acumular, así
como el vacío de la depresión nos vuelve a hacer buscar un estado eufórico. Y
nada se puede hacer para frenar la avalancha, su fuerza es arrolladora y su
avance irremediable. Lo mismo sucede con el bajón después de la euforia, es
inevitable, porque si llegamos a notar que se aproxima la lluvia, ya es
demasiado tarde.
El aluvión es la idea perfecta,
incuestionable, el plan maestro sin margen de error, la certeza de que el
próximo paso es el que va a llevarte a algún lado. Es la canción que resuena en
tu cabeza desenfrenada y acalla las voces de la conciencia que te dicen tené cuidado. Es negarte a dormir y a quedarte
quieto porque la mañana amenaza de muerte esa promesa de paraíso. El instante
exacto antes de la tragedia es aquél en el cual te vence el último impulso del
cuerpo y te abandonás un segundo a la calma. Y el descanso del cuerpo, que se
limpia de la fuerza que lo arrastró al éxtasis, es invadido por el silencio de
la mente, que da lugar a que la última de las voces que se acumularon en el
inconsciente comience a murmurar … Y las palabras temidas se repiten y repiten
hasta bajar por la garganta y llegar al estómago, donde la angustia nace,
explota y se expande trepando por cada uno de tus nervios, enroscándote hasta
la punta de los dedos y hasta la mente también. Y la mente apresada se abandona
al arrastre de la corriente hasta los horizontes cercanos, llorando entre la
angustia de la certeza de que todo se derrumba, y el dolor de las raíces que
aún se prenden a los restos de la cima de la montaña, tironeadas de un lado y
del otro y terminando siempre en el fondo del río, ahogadas en lágrimas
atragantadas.
(reincidente, pide a gritos que le contesten a cualquier cosa, que le inventen respuestas. ahora quiere espontáneas. hola?)
"Es la canción que resuena en tu cabeza desenfrenada y acalla las voces de la conciencia que te dicen tené cuidado. Es negarte a dormir y a quedarte quieto porque la mañana amenaza de muerte esa promesa de paraíso."
ResponderEliminarAmé esa frase ! Me recuerda a una canción que dice "hey moon! please forget to fall down, hey moon!don't you fall down" . Tantas veces me he sentido así... supongo que es parte de lo lindo de la vida
Ayyyyyy...
ResponderEliminarVen y dime todas esas cosas,
invitame a sentarme junto a ti.
Escucharé todos tus sueños
en mi oido.
No dejes que amanezca,
no dejes que la noche caiga,
no dejes que el sol salga,
sólo dejame estar junto a ti
otra canción, la escuché y me acordé de este comentario.