Derrapa el
mundo y yo derrapo con él. Capitalizamos hasta la capacidad de mentir, por
decirlo de forma brutal. Qué se yo, mis pocos referentes se me van al carajo,
el mundo no es de esos nenes que dicen que de grandes quieren ser maestros,
veterinarios, astronautas. Acá somos mentirosos, estafadores, en el mejor caso
actores. El mundo real no tiene nada de real. A realizarse, a otro lado.
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