Quiero que salgas a correr y te canses como un perro. Yo salí a correr al Word y quedé como un trapo de piso. Quise cansarme hasta quedar descerebrada. No funcionó, era un trapo mojado pero que aún latía. No es lo mismo descerebrarse que andar con la cabeza perdida. Perdida como esos perros que llevan a caminar en círculos por alrededor del parque, perdida como los que corremos en círculo a ningún lado y los que andan en bicicleta fija. Porque esos están perdidos, los que corren para no llegar. No los que se pierden por el mundo y por otros mundos, ni los perros solitarios que vagabundean por las calles. Perdidos están (estamos) los que no vamos a ningún lado y por eso (perdón) ya no puedo quedarme quieta. No me sale esa mentira de correr a toda velocidad pero llegando cada cuatro minutos de nuevo a la garita que marca el comienzo de la vuelta. Y no te quiero ver corriendo a toda velocidad una carrera que te traiga cada cinco minutos al comienzo de mis vueltas. Perdete, corré de verdad, corré a donde te lleve tu camino que yo me perderé en el mío
y algún día
quizás me alcances
quizás te alcance
pero sólo después de ser perros perdidos. Porque ya te dije: si supiéramos a donde vamos no iríamos a ningún lado. Como todos ellos, que pasean los perros alrededor del word
y caminan
y caminan
y caminan
Y llegan todo el tiempo a la misma esquina de Portela y Coucheiro. Y después se desprenden y vuelven a sus casas, pero no vuelven porque nunca se fueron, y vuelven a sus cabezas, pero tampoco vuelven, porque nunca se las desprendieron. Y le dan agua al perro que está cansado y no sabe porqué caminó y caminó y volvió al mismo lugar. Y desde lejos, desde la luna, me saludás. Quizás vaya a llover, y nadie le de vueltas al Word por un par de días. Me gustan las lluvias constantes porque esa simulación queda suspendida y sólo caminan los que tienen a donde llegar.
(y los perros libres)
Me saludás desde la luna y sos pura tormenta que me mira.
Sos pura tormenta y por eso sos garantía de que todo va a estar bien. Porque mientras llueva, la caminata sólo puede llevarme a algún punto que no sea el de la partida.
Mientras llueve, si corro es para escaparme.
Y si me escapo,
por ley,
(y los perros libres)
Me saludás desde la luna y sos pura tormenta que me mira.
Sos pura tormenta y por eso sos garantía de que todo va a estar bien. Porque mientras llueva, la caminata sólo puede llevarme a algún punto que no sea el de la partida.
Mientras llueve, si corro es para escaparme.
Y si me escapo,
por ley,
en algún momento me van a alcanzar.
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