Hay cincuenta y dos personas que no se conocen en este comedor, todos se sientan solos en mesas para cuatro.
Hay dosmil setenta y cuatro universos paralelos (hice la cuenta) en este comedor, y en cada uno; una variable pequeña, una centésima de diferencia en el algoritmo de asignación de materias, un retraso de dos minutos en la línea C, que puso a dos de estas personas de frente.
Y en cada mundo paralelo hay infinitos mundos más. En uno se ignoran. En otro se conocen. En varios se saludan. En alguno se matan. En uno se enamoran.
Hay un mundo paralelo quizás en el que a la chica de verde que subraya con resaltador naranja le tocó hacerse amiga, en el colectivo, del chico de campera azul que sin mirarla subraya el mismo texto al lado.
Hay un mundo paralelo, en el que esta silla esta vacía y yo, sentada con vos, hablandote del café, ahí en esa mesa, al lado de la columna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario