3.8.15

Baba

Chupás con asco la cuchara llena de azúcar. La metiste en la azucarera húmeda otra vez, y se formó una costra, dura. Siempre querés arreglar tus equivocaciones como si nada ,disolviéndolas con saliva.
—¿Por qué no la lavás en la cocina?
—porque no quiero perder tiempo.

Y yo tampoco. Y te la saco de las manos. Y la chupo. 

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