Me conocía menos hasta recién, que encontré un hilito conductor entre varias partes de mí, y ahora me hacen entenderme un poco, un pedacito. Hay personas que son las que cualquiera esperaría que fuera alguien en ese contexto y en esas circunstancias. Hay casos concretos, miles de ejemplos cotidianos y hay teoría al respecto. Y hay otras que no. Personas cuyos gestos consiguieron esquivar de alguna forma la determinación que cae como un yunque arriba de cada uno de nosotros todos los días. Y yo creo que no soy así, que soy predecible y adecuada a mis circunstancias, pero que siempre por un camino o por el opuesto me los encuentro. Y hoy me arrastran, pero en realidad ellos arrastran el mundo, para que no se caiga por el propio peso del automatismo y el aburrimiento.
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