28.3.14

Recalculando

Alumna obsesiva, hiperresponsable, promedio casi buenísimo. Llega 35 minutos tarde con dos medialunas en una servilleta Pregunta si se puede faltar a todos los teóricos, y pregunta otra cosa muy colgada. Está sentada atrás de todo. Le suena el celular, y después no deja de mirarlo. No anota nada. Hace dibujitos.

Profesor recomendado. Doce que no le entiende la letra a los alumnos y que no maneja su propia casilla de e-mail. Que en lo posible no le escriban y que no le pregunten nada, mucho menos qué textos entran. Le pide que repita la bibliografía y no contesta, se pone a hablar de que es doctor y que no le gusta en verdad esa cátedea.

Estamos todos muy cansados.

[Entren acá, es una orden: http://relatosenelsubte.blogspot.com.ar]

27.3.14

Prohibido II

Está prohibido pero,
aparece de repente
una lucidez:
no quiero.
Y otra:
quería.
Y otra:
voy a querer.
Pero que horror el interludio
vacío.
Y que horror porque ya envejecí
y ya se que el sí
no es más que otro paréntesis.

26.3.14

Prohibido

El pensamiento impide la acción. Es tan simple que necesito una materia con tres correlativas para que me lo digan. Por eso el experimento es simple. Una semana sin pensamiento reflexivo, no sobre todo, sino sobre lo que no avanzo. Te cuento después qué pasa, ahora tengo prohibido dialogar imaginariamente con vos.

25.3.14

Macarena

Qué no hubiera dado si hace tres años le hubiesen prometido una noche de diciembre con el cielo despejado y Macarena descalza, cruzada de piernas arriba de una silla, soltándose el pelo negro hasta la cintura y volviéndose a armar un rodete, hablándole de Colombia y de los patos de no sé qué lago que migraron por el calentamiento global. Pero se quiere ir. No porque Macarena en realidad le esté hablando a los demás y esquivándole la mirada. Eso es casi una suerte. Y ella no fué la que la esquivó primero. Macarena habla con un acento como de algún pueblo aunque no viene de ningún lado, y se mueve como si bailara mientras baldea el patio un domingo a la mañana, y le saca el tomate a la pizza con gestos de artista. Macarena era tan linda...


[El relato completo acá, en Historias para leer en el subte. Pasen y vean. ]

23.3.14

Y vos, ¿cuántos párrafos poder escribir sin decir nada?

Me dijo Poli que por ahí para poder escribir lo que quiero primero tengo que escribir lo que no quiero. Es un buen consejo, Poli ahora es madura y ejecutiva. Todos están raros desde que llegué, parece que crecieron. Sí, soy consciente de la pelotudés que acabo de decir, ignorémosla. Pero por ahí tengo que decir todo lo que se me viene a la mente. Sólo para que se vaya. Yo también estoy rara, más rara: la gente me habla y me quedo callada. No contesto. No me importa nada, nada. Todavía no chequeé obsesivamente las listas de asignados del SIU a ver con quién curso y con quién me cruzo en las escaleras (Sí, hacía eso, tenganme miedo), todavía no me puse a ver los blogs de las materias ni stalkié profesores ni empecé a pensar temas para posibles trabajos prácticos. Todavía no mandé un mail que tenía que mandar. Desde hace un mes, todavía no fui YO ni un poquito. 
Tampoco escribí nada del viaje. No tengo nada que decir. Malísimo. Tengo mucho para decir pero es todo sobre mí. Y sobre mí no quiero decir nada, quiero hablar del mundo o de algo que a alguien le interese. Estoy muy encerrada ultimamente. Cómo no, si estuve trabajando 9 horas diarias en la correción de la web de una empresa de envíos de importaciones internacionales. Todo muy internacional, pero estuve en el Gorky Park de Moscú y ahora no puedo encontrar en Google cómo llegar al Gorki Grana. Estoy re quejosa. Ayer me arrepentí de no comprarme ropa en las rebajas navideñas de Moscú. Todo muy banal. La casa está extremadamente desordenada, me molesta hasta a mí. Me tengo que ir porque ya no necesitamos googlear cómo llegar en tren, vamos en auto. Te lo dije, crecimos. Hay una frase que resume todo y hace un mes que estoy negando decirla. Ya se las respuestas: Ayyy, no te vas a poner mal porque no hacés lo que hacen todos. Sí, pero todos están ahí siendo todos y yo acá siendo yo, o no siendo, y aburre. Aburre pero tengo orgullo como para ya no serlo. Orgullo o un trauma, que se yo. Me aburro de estar tan enredada. Pero estar desenredada suena como si fuera a aburrir aún más rápido.

20.3.14

Frío

El verano que nunca llegó se fue, y la dejó llena de miedos.
Pero yo sonrío de ese miedo, tiene miedo de no poder,
porque ahora quiere.
Estar despierta.

19.3.14

Falacia

No debo ser tan repetitiva.
No debo ser tan repetitiva.
No debo ser tan repetitiva.
No debo ser tan repetitiva.
No debo ser tan repetitiva.
No debo ser tan repetitiva.
No debo ser tan repetitiva.
No debo ser tan repetitiva.
No debo ser tan repetitiva.
No debo ser tan repetitiva.
No debo ser tan repetitiva.
No debo ser tan repetitiva.
No debo ser tan repetitiva.

17.3.14

Hipos

Entonces formaron el club de la incoherencia, donde participaban los 3. Y cada uno podía hablar de lo que le interesaba con quien quería, aunque al elegido no le interesaba, porque el otro, que se sentía identificado, le contestaba. Pero hasta ahí llegaba la transgresión; sólo hasta que se terminaba la cerveza.

12.3.14

Vueltellano

Es que salimos de una tierra en la que todo lo que se dice es relativo y por eso no se nos caen los Platones. Pero mis casos fueron los peores, porque a todo le puse nombre por autonomasia y lo que es único es irreversible, porque nadie puede convencerte de que no cumple lo que promete. Hasta que las promesas autonomásicas se volvieron una categoría en sí.
En castellano le dicen vergüenza ajena.

—No quería ser tan cruda
—Pero casi que lo terminás equiparando a Geonocidio.

11.3.14

Amebas

¿Sabés qué me gustaba de vos? Tu semántica. Tu forma de elegir las palabras para armar una oración estúpida. Porque nunca decías nada y mucho menos a mí. Pero para armar frases vacías y hablar del clima o de chismes o de tecnicismos tenías habilidad de artista. En español tenemos muchos sinónimos, ochocientas palabras para decir lo mismo y para confundirnos entre nosotros y para enloquecer a los de afuera. Si yo hubiese nacido (hablando) en inglés, o en chino, o en birmano, quizás sería más normal, quizás podría enamorarme de cualquiera o quizás debería declararme finalmente una planta o una ameba, pero no podría ser tan compleja ni tan enredada. O mentira,  sí podría, pero tendría que buscarme otro capricho, porque no podría ser el de combinar palabras. Pero en este idioma, yo me puedo encaprichar con vos porque sabés encontrar palabras que encajan.
Tenés buen gusto para poner una palabra atrás de otra. Y no creo que nunca te lo hayan dicho. Primero porque nadie se fija en eso y segundo porque al hablar las palabras se vuelan y no creo que se pueda establecer un criterio de belleza como si dijeramos colores, figuras o ropa. Y si alguien se fijó no se dio cuenta, porque le habrás preguntado que pensaba del verano o del viento o del tránsito o le habrás contestado una pregunta sobre cine y sobre libros y habrá pensado que la conversación era interesante. Conmigo no se puede hablar de cine ni del tránsito porque no me importan, pero puedo hacerme la que contesto mientras te juego con los juegos de palabras. Sí, ya se que es más divertido jugar a otras cosas. Pero es lo que hay, vengo de un triángulo del sur relleno de palabras raras y me llama la atención como jugás con ellas pero, sobre todo, no me llama la atención más nada. Y quizás finalmente me resigne a hablar del clima, y lo haga con el vocabulario apropiado. O quizás mejor me declare al fin ameba, a pesar de los sinónimos. Pero siempre voy a elegir ameba en vez de Potus, porque es la misma metáfora, pero amaba tiene mucho más con qué jugar.

10.3.14

Babilonia

Me gustan las ciudades porque son más irónicas, y porque encuentro refugio en el anonimato del caos. 

7.3.14

50 metros de precisión

Hay muchas cosas que están lejísimos. La paz mundial, algunos amigos, reentender a madre, flat party in Moscow, la China, la china, los cuentos de las muñecas, cumplir la promesa del orden, tener un objetivo en la vida. Pero sobre todo una medialuna en un departamento a 15 minutos de acá, que quedó mucho mas lejos que todo lo demás.

5.3.14

Se respira un amarillo opaco del año pasado
Luz de verano que termina pero no ocurrió.
¿Dónde está lo que no dije?

1.3.14

Niet

Te quiero, pero no te quiero en ninguno de estos cielos rosados, irrespirables.