que no quisiera él hablar de amor
porque casi siempre se parece al ajedrez
y para eso
prefiere el ajedrez
que tiene reglas más claras
y un par de trucos.
Pero después
me confesó que a veces
cuando se parece más a la mancha
o las escondidas
y los otros juegos de la infancia
le gusta un poco
o le gusta mucho
y que la tentación es grande
y que íbamos a tener que hablar.
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