Ventana de micro I (temblar de frío)
Nuestro ser (nuestro) podría ser: una compra-venta de almohadones de diseño, o una mano desempañando un vidrio para ver el río, o un manojo de cartas por correo descontextualizadas de la época o una lágrima en un cenicero de chapa (por veinte años maltratado). Pero (yo) no sé ser más que aquellas cervezas ya pagadas (ya apagadas),
Nuestro ser (nuestro) podría ser: una compra-venta de almohadones de diseño, o una mano desempañando un vidrio para ver el río, o un manojo de cartas por correo descontextualizadas de la época o una lágrima en un cenicero de chapa (por veinte años maltratado). Pero (yo) no sé ser más que aquellas cervezas ya pagadas (ya apagadas),
a menos que una palabra me pase a buscar.
Ventana de micro II (temblar de miedo)
El alma no es (quizás) más que otro cuerpo, tal vez ese que usamos en los sueños, y como tal, también cicatriza; a veces con marca y a veces sin; y a veces hay caricias que son Aloe Vera y desdibujan heridas cerradas y marcadas, indelebles a la medicina y paganamente atacadas.
Ventana de micro II (temblar de miedo)
El alma no es (quizás) más que otro cuerpo, tal vez ese que usamos en los sueños, y como tal, también cicatriza; a veces con marca y a veces sin; y a veces hay caricias que son Aloe Vera y desdibujan heridas cerradas y marcadas, indelebles a la medicina y paganamente atacadas.
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