Todos tus afectos desparramados en un globo. Nunca pudo ser de otra manera: dicen que alma no tenés, pero en verdad, es tan intensa y corrosiva que no podés aguantarla entera toda. En sueños reunís un par de pedazos, y en sueños despiertos, tratás de arañar y arrancar algún fragmento que se va adherido, como un líquen, a algún tejido.
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