Día 130 (Día 137 del año de Ato)
No logramos escaparnos. Lo hicieron, la convirtieron. Úrsula simplemente no quiso irse conmigo. No me ignoraba como los demás, pero me dijo que teníamos que quedarnos ahí, que este era nuestro verdadero hogar, y una serie de delirios. Traté de convencerla de todas las formas posibles, y como no lo lograba, intenté llevármela por la fuerza. Logré llegar arrastrándola hasta el exterior del edificio, pero cuando estuvimos afuera, apareció la muchacha, por llamarla de alguna manera, que me encontró y me trajo hasta este lugar. Tampoco ahora, que me descubrió intentando escapar, fue violenta. Le dijo algo a Úrsula, y ésta empezó a hacernos de traductora de chino a español, como si ella misma no fuera parte de la conversación.
Me dijo que la muchacha decía que yo era libre de irme cuando quisiera, pero antes debía probar su flor nacional, el Endoncann. Le dije que de ninguna manera oprobaría nada. La muchacha me ofreció la flor, era más bien un fruto. No parecía demasiado diferente a los alimentos que me daban todos los días. Sin embargo, no podía creerme la historia de que me harían libre si comía esa flor. Intenté preguntar por medio de Úrsula porqué querían que coma esa flor, pero no lograron explicarme nada. Le respondí que no, y a muchacha entendió mi respuesta. Gritó, y en un segundo aparecieron otros tres endólicos. Me sujetaron de brazos y piernas y me arrastraron. Úrsula me siguió sin oponer nada de resistencia. Intenté forcejear pero era inútil, son muy fuertes. Entonces Úrsula me transmitió un último mensaje. “Riya lo lamenta, pero si no comes, Endocann, no hay más comida.” Me encerraron otra vez, esta vez me arrojaron en una fosa. Solo puedo agradecer que no me hayan quitado el cuaderno. Pero estoy a muchos metros de profundidad y no hay nada de lo que pueda agarrarme. No encuentro forma de salir, estoy muy, muy cansado.
Continuará
Faltan 3 días cortitos, y me dejo de hablar de marcianos que no son marcianos.
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