Día 102 (Día 109 del año de Ato)
El día 80 del año de Ato, me encontraba en los alrededores de Noat. Aún no había hallado a los Ñandús, pero había hecho grandes progresos. Había aislado moléculas de oxígeno e hidrógeno en las aguas del Tahoal, y me encontraba trabajando en los Arbustos Lyncann, cuya anatomía parecía similar a la de un helecho terrestre, cuando los vi. Primero los vi a lo lejos, pensé que se trataba de algún tipo de animal. A lo mejor eran alguna especie similar a las jirafas. En los informes de las misiones anteriores se hablaba de especies similares a las terrestres en los territorios del norte. Pero luego los ví de cerca. Había más de una docena de ellos. No cabía duda, eran esos seres descriptos por la expedición anterior como “Habitantes del Endólico que viven en sociedad y se comunican en un lenguaje articulado” pero que sin embargo “no guardan ninguna similitud física con los humanos, salvo que tienen dos ojos y caminan erguidos”. Algunos eran altos como un humano y otros el doble. La piel de algunos era de un color amarillo limón, otros eran azules y unos pocos, los de estatura más baja, de un color que nunca antes vi.
Desde ese día los observo escondido. Si debo ser sincero, yo prefería encontrar a los Ñandús. No logro ser tan optimista como mis compañeros, yo no creo que podamos comunicarles de alguna manera que venimos en son de paz. Los tripulantes de las dos misiones que han dado testimonio de verlos, han perdido la comunicación con la Tierra justo después de informar que habían tenido contacto con los habitantes. No puedo dejar de pensar que me van a encontrar dormido y me van a diseccionar para investigarme.
Continuará.
Continuará.
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