No me pregunto
si saldremos del bunker.
¿Qué quedará afuera?
El cielo naranja está aterrador,
y el orgullo sobre espejos rotos
no me deja regalar más nada.
Desde arriba del tobogán,
se ríen los chicos
de la nena que abajo
lee el final de los libros
antes que el principio.
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