30.8.13

Dramas

No importa el problema en sí: si alguien se murió, u otro amor no quiso ser, o el trabajo decepciona, o nada más se murieron las plantas. Importa como ese tema suena en la cabeza un minuto antes que el despertador, cómo desaparece y vuelve a traición, como ronda las mesas, las fiestas y las camas, forma un campo electromagnético arriba de la almohada, y se enreda de alguna forma en los nervios, o se enraíza en las células, hasta asfixiar o hasta doler. De eso se tratan los dramas que merecen ser contados.

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