Dicen que a caballo regalado no hay que mirarle los dientes. Bueno, no le mires los dientes, mirá el caballo entero, ¿qué quiere de vos el que te lo da diciendo no esperar nada? Y quedate cuidando tu caballo, no salgas a buscar nada mejor; porque mejor pájaro en mano que cien volando, y con caballos debe ser lo mismo.
Dicen también que Dios ayuda sólo al que madruga y que le da pan al que no tiene dientes, aunque es bueno y "tiene poderes". Algunos se dan cuenta que toda esa paradoja no tiene mucho sentido. Dejan de creer en dios, pero nadie te discute el refrán. Que sacrificarse merece premio, y que todo lo bueno tiene que requerir sacrificio, a nadie se le ocurre dejar de creer en eso.
Pero ojo. A palabras necias oídos sordos. No vayamos a discutir, no sea cosa que de tanto intercambiar ideas nos terminemos poniendo de acuerdo.
¿Qué más dicen? Que un clavo saca otro clavo, y sí, está genial comparar personas con clavos, son tan oxidables y descartables. Que mejor malo conocido que bueno por conocer. Que perseveres y triunfarás, no vaya a ser que intentes con otra cosa y te vuelvas más creativo. Que tanto va a el cántaro a la fuente que al final se rompe. Bueno, ese creo que nunca lo entendimos. Pero a buen entendedor pocas palabras.
¿Enserio?
No.
Pocas palabras, para el que las quiera tragar y repetir. Por los siglos de los siglos. Desde que cántaro era un jarrón que le daba sentido a la frase, hasta ahora, que cántaro nadie sabe qué es y por contexto suponen que es un pájaro. ¿A quién le importa que el sentido se haya perdido? Repitamos las palabras, las cosas no importan.
No.
A buen entendedor nada.
A buen entendedor, el mundo.
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