5.1.14

Reset

Yo todo lo puedo reducir a un momento, el de ser contado
y todo lo que no pasó lo sé contar igual
y medio rota, medio compleja, 
voy a ser yo un día
el tiempo me dio la razón siempre, siempre
y las oportunidades
no hay porqué no vaya a pasar de nuevo
y mientras, 
me rompo
o cuento.

Jugué a ser casi normal este recreo
no era, 
no era.

Ahora descansada,
desarmada
para armarme otra vez
En las antípodas;
con un error de cálculo.

3.1.14

Un problema a la vez

Caro dice que no, que problemas a la vez no se puede tener dos. Sólo uno. Caro es muy inteligente. Igual yo, que me hago la loquita y me voy a diezmiles de quilometros sin tener reservas, sostengo que no es tan asi. Dos problemas a la vez se pueden pilotear... como no tener un teléfono para llevarte y tampoco una campera, o enojarse con un amigo y al mismo tiempo con tu madre, o que no haya más vitel toné en año nuevo y además tengas sueño. O incluso algunos más grandes. Como no tener plata y tener un poco de miedo. Problemas compatibles, pares de problemas. Con dos de esos se puede. Los volves uno. Pero tener un problema acá y otro en moscú, uno en la cabeza y el otro quién entiende donde, uno que el miércoles va a pasar a ser irresoluble y otro que ese día va a nececitar urgente solución... con eso no se puede. La cabeza en un continente a la vez. No hay (todavía?) Globalización ni convergencia que puedan con eso. Puede que uno se evapore cuando me levante. Pero puede que brote a la mañana, que se enriede en el otro, que ese también se multiplique. Puede que uno no exista. Puede que camufle otra cosa. Puede que los dos la camuflen. Que me esté escapando. Que esté metiendo los dedos en el enchufe. Que quiera que explote. Que no quiera. Que quiera poner pausa. Que quiera un decodificador para tener vida on demand. Que sea loca, exigente y autoboicótica (eso no puede, eso es seguro). Que sea controladora. Que me haga la descontrolada. Todo eso es. Al final ya podía con más de uno a la vez.