31.12.13

Retazos

¿Más claro?

En casa de robot,
cyborg.
Feliz año.

-

"El no ya lo tenés"
Mentira, esa cara de perro apocalíptico no la tenía nada.

-

Si algo soy es eficiente.
Característica de mierda que sólo sirve para hacer feliz a tu jefe.

-

¿Que soy calculadora?
En casa de arbitrario...

29.12.13

Mandíbulas

Contento y arisca. Todo tu cuento se olvida de esa biología, menos el último domingo del mundo, con ojos de vaca clavados en la pared. Si no preguntás no es por tonta, es porque no es más que pasar una pelota, y ver si lográs enredarlo en tu enredo y que haga esas falacias lógicas y te mienta un poco para darte un recreo de mentirte vos.
 No es y no es. Como cavernícola que tuvo ganas de ir para otra cueva y se llevó para otro lado el eslabón perdido. Por mucho menos se achicaron las mandíbulas de la raza humana entera y vos dándole cincuenta y dos vueltas, a ver si reír o mentir un poquito menos o un poquito más. 
Tu chiste me gusta tanto. Pero nada más que por la tranquilidad traidora de reírme en otro idioma, por si me escapo del todo del mío. Mañana, cuando el sol de lunes me apague la iluminación sobre el instinto y me saque la paz de endilgarle mis problemas a las ciencias naturales. Se apagan todas las epifanías, lástima. Porque ayer parecía clarísimo, cuando te me habías trepado domingueramente un sábado: firmas, solicitudes, el señor rey de los empleados públicos, la ceguera, casitas de colores y estaciones de subte con forma de pescado.

28.12.13

0,01%

Una vuelta, 
de vuelta
por esta cabeza 
con gusto a optimismo suicida.

Era más verosímil que lo que está por pasar.
Pero no era. 
Siempre en el cero 
coma cero uno. 

27.12.13

Monos

Lo adoraba, pero no como adoran los padres y los adolescentes, lo adoraba en el sentido original de la palabra, como se adora a un Dios. Llevándolo todo el tiempo de acá para allá en el pensamiento como si fuera un mantra o una plegaria, regalándole su energía y hablando en silencio con una cosa enorme e incierta que nunca responde y está siempre ausente. Siendo feliz nada más que con la certeza de servirlo aún siendo una hormiga más de las que le pasaban desapercibidas y contentándose de cualquier guiño, señal, o casualidad que pudiera significar remotamente que el se enteraba de su existencia. Y como a cualquier fanática en eso se le iba la vida, porque el monoteismo y la monogamia, y hasta el monotributo, son la misma tontería, ese invento de la culpa de poner afecto o energía en más de un lado, no vaya a ser que se descontrole. 

Hacha

Es buen partido, 
avisa que sobrevivió. 
Asusta con quedarse siempre
pero es una consciencia inusual.
No me puedo morir de esto, te dice.
Te deja hecho un café
se toma un taxi
se va a la guerra.


24.12.13

El marciano en navidad


(El marciano viene de acá

Un tiempo después de mi algo fracasada misión a la Tierra, fui asignado para regresar una vez más a este planeta, a estudiar un nuevo fenómeno relacionado con la felicidad de los humanos. Llegado este punto, me gustaría aclarar que cada misión me acerca más a la hipótesis de que ese sentimiento no es tan disfrutable como toda la bibliografía sobre terrícolas indica, y que aconsejo dejar de invertir insumos en su imitación. No obstante, siendo que mi permanencia en el instituto de estudios extramarcianos lo requiere, paso a detallar los resultados de mi nueva investigación.

MISIÓN: NAVIDAD

El estudio que esta vez me compete es sencillo, se trata de aterrizar en la tierra solamente durante 2 días, 24 y 25 de diciembre de acuerdo con el calendario humano-gregoriano, para participar de los festejos de la navidad. Decidí hacerlo en un área de latitud y longitud cercanas a la de investigaciones anteriores por haber encontrado la temperatura agradable, pero parte de la tradición navideña consta de prender aparatos eléctricos que enfrían y calientan porciones del aire (delimitadas con los conceptos humanos de adentro y afuera; ver misión anterior), para poder sumergirse en rectángulos celestes de plástico, lona o cemento rellenos de agua. Las fotos sonrientes en estos rectángulos (a veces pueden ser óvalos, círculos o figuras irregulares, pero nunca triángulos) son parte de un ritual preparatorio para las navidades. Si bien no hay constancia de esta parte de la tradición en la bibliografía sobre terrícolas, consta que tras un atento análisis de Facebook se puede encontrar una coincidencia lineal y directamente proporcional entre los humanos que exponen en dicha red social más fotografías de sus familias y grupos de amigos en rectángulos de agua, y aquellos más creyentes y propensos a celebrar las navidades, colocarse "Gorros de Papa Noel" para las fotos y etiquetar a sus amigos en postales de buenos deseos. En la zona geográfica visitada el ritual del rectángulo celeste suele acompañarse del "asado de fin de año", un encuentro con personas con las que se trabajó ocasionalmente dos o tres veces al año y se intercambian pocas sonrisas, en el que se come cualquier cosa menos carne asada (la mayor aproximación son los llamados "chorizos", pero que recibe el nombre de "asado con amigos", porque si bien no tienen tanta facilidad para experimentar felicidad como creíamos, los terrestres tienen un enorme sentido de la ironía y el humor. Otro ritual complementario de las navidades que se está entendiendo sin motivos racionales aparentes entre los humanos en los últimos años es el de celebrar con la luz apagada. Lo curioso de este ritual, que lleva dos o tres años en algunas regiones, y se amplió notoriamente en 2013, es que también es acompañado del ritual preparatorio de pasar pequeñas temporadas de entre una hora y dos días con la luz apagada durante las semanas previas. La adopción de esta nueva modalidad de las celebraciones navideñas tiene una curiosa distribución geográfica; por lo general en cuanto alguien la adopta lo hacen todos sus vecinos. En cambio algunos la rechazan y se dirigen a zonas en las que aún se acostumbra festejar con la luz prendida. 
Ingresar a una fiesta navideña no es tan sencillo como ingresar a otro tipo de fiesta terrestre. Si para ingresar a un boliche bastaba con convertirse en cucaracha y volver a adoptar forma humana adentro, en las fiestas "familiares" es  muy distinto. El infalible método de la cucaracha sigue siendo apropiado para entrar en cualquier cena navideña y echar un vistazo, pero a) al tratarse de espacios con poca gente, cantidad de niños y mascotas y en algunos casos la luz prendida, se corre un riesgo considerablemente mayor de convertirse en una cucaracha aplastada. b) Si bien las puertas de las casas de familia no cuentan, por falta de presupuesto, con un humano que deba brindar el honor de la entrada, muchas cuentan con cerraduras o rejas, instrumentos que impiden a los humanos equivocarse de familia (a pesar de que todas son iguales, más aún adornadas para las navidades, y que en numerosos casos no se ven más que para esta fecha), y que generan que los terrestres (incluyendo perros) se alteren considerablemente cuando un pariente o mascota ajeno a su familia aparece repentinamente sentado en su mesa de celebración. Luego de retirarme de cuatro cenas intentando materializarme en el festejo con el aspecto de un humano promedio, decidí hacer uso de la excepción 178 del código ("permítase secuestrar momentáneamente un humano por lapso inferior a su tiempo entre comidas y tomar su lugar en las relaciones humanas, sólo en casos en los que el éxito o fracaso de la misión dependa de ello), puesto que de lo contrario no lograría el objetivo de sumergirme en una fiesta navideña antes del "brindis". 
De esta manera, procedía a colocar una pastilla extraída de su propia cartera en el vaso de vino de "la cuñada de Laura" (ejemplar que creí apropiado para reemplazar ya que nadie en esa familia parecía conocer mucho y el riesgo de dar respuestas inadecuadas a preguntas de confirmación de identidad era mínimo), y a encerrarla en un "cuartito del fondo" (lugar al que las familias guardan objetos rotos, polvo y botellas de cerveza retornables), ya que los códigos humanos indican que no se debe entrar a dicho tipo de lugares sucios y rotosos durante una celebración.
Por lo demás, la fiesta transcurrió con normalidad y sin mayores diferencias respecto a lo establecido en la bibliografía marciana sobre humanos. Con respecto a la bibliografía humana sobre ellos mismos, se encuentran algunas diferencias notables, como la ausencia de nieve, costumbre que probablemente haya caído en desuso con rituales nuevos como el cuadrado de agua y la luz apagada, pero les de pena quitar de sus libros, postales y programas infantiles por tratarse de una costumbre tan arraigada. 
Luego de la cena característica con "vitel toné", "turrón" y "coca-cola", la familia elegida, con mi presencia, y la excepción de "la cuñada de Laura", que continuaba en el "cuartito del fondo", procedió al brindis. Sencillo ritual que consiste en beber sidra golpeando sus copas al grito de "Feliz navidad". Los ejemplares más rojos y panzones de la familia (tal vez por su parecido con el mito navideño de Papá Noel) tienen permitidas otras frases, como "tiren a Laura a la pileta" "El año que viene lo pagan ustedes" "Dale un vino al gato", y otras frases características de la ironía de los humanos cuando se embriagan. Es lamentable que hayamos comprobado que las sustancias humanas no tienen efecto en nuestro cerebro, porque parecen ser mucho más efectivas a los fines celebratorios y a la creación artificial de estados felices que todo el resto de los rituales completos. Las señoras mayores, si no beben, también tienen permitidas frases especiales, como "¿A dónde está tu novio? o ¿Cuándo un nieto para ponerle regalos en el arbolito?. 
Los niños humanos son parte muy importante de la navidad, ya que uno de los rituales globalmente más extendidos, y además uno de los fenómenos en los que mayor organización y participación se logró en todo el mundo, con excepción del catolicismo y las guerras mundiales, es el mito de Papá Noel (una tradición con dudosas raíces cristianas que consiste en convencer a todos los niños del mundo menores de 10 años de que un humano vestido de rojo y blanco les entrega regalos gratuitos, cuando en realidad los compran sus padres o los donan los ricos a los orfanatos). Sin embargo, realizar la misión en una familia que participa activamente en este mito no fue una desición acertada. El engaño a los niños puede darse en niveles muy variados, que van desde fingir que Papá Noel pasó mientras no veían y que una abuela coloque las bolsas bajo un pino, hasta contratar un señor que deje de lado su propia celebración navideña para ir a actuar de Papá Noel en varias familias ajenas. El punto intermedio, el más extendido luego del de dejar los regalos tirados en el árbol sin mayores explicaciones y decirle a los niños que Papa Noel es un globo que vuela por el aire, consiste en disfrazar al miembro más panzón de la tribu con un traje rojo de piel, para que demuestre su valentía exponiéndose al calor y convenza a los niños de que el mito es real. Gran error he cometido al no tener en cuenta que dicho traje a veces puede confundirse con un artículo rotoso o en desuso y en consecuencia depositarse en el "cuartito del fondo". Indescriptible fue el grito de la abuela Gloria al encontrar a "La cuñada de Laura", inconsciente, detrás de las botellas de cerveza y delante del aclamado traje. Mi segundo error fue haberme compenetrado tanto en mi papel. Si en ese momento me hubiese convertido en cucaracha para retirarme con sigilo, La señorita cuñada hubiese sido confundida con borracha, reanimada con agua mineral y consolada por su divorcio que la llevó a la ebriedad y la perdición. Sin embargo, cuando la mismísima cuñada, sobria y decorada, socorrió a la abuela para sacar a la otra versión de sí misma del cuartito, el desconcierto fue absoluto. Me convertí en insecto apenas me di cuenta de mi error, pero el daño estaba hecho, y a pesar de que en todas las películas de humanos se enseña que el humano real es el que está drogado y escondido, mi actuación como impostora había sido tan buena que nadie paró de increpar a la señorita Cuñada. Al desaparecerme rápido algunos siquiera notaron mi presencia y acusaron a la abuela de ver doble, sin embargo no pararon de increpar a Cuñada por estar borracha, divorciada y dormida sobre el disfraz de Papá Noel, que yacía desordenado en el piso a la vista de los niños que lloraban y pedían resarcimientos morales y económicos por la mentira en la que habían sido sumergidos durante el total de sus vidas. Finalmente Laura colocó a su cuñada, su borracho marido, su madre y sus niños en una camioneta y salió disparada en dirección Sur. 

Navidad: Fracasada. Misión: Exitosa. 

23.12.13

Intolerante a las vacaciones

Sobra el tiempo
para pensar
en que me sobra el tiempo
y soy una ameba
tirada a los cerdos.

20.12.13

Problemas de comunicación del siglo XXI

 En el colectivo van dos chicas exaltadas y me engancho en su telenovela. La chica más alta, que tiene una guitarra, collares de colores y el pelo como si tuviera rastas, llora. En realidad no llora pero paró hace segundos, todavía tiene las pestañas mojadas y se refriega los ojos. Habla con su amiga, que es mucho más bajita y tiene puesto un jean a pesar de que tiene un vestido por las rodillas y hace 30 grados de calor. Comentan algo muy alteradas, hablan de una tercera, una Camila que las trató mal y suspendió el viaje a Brasil. La bajita ahora habla por teléfono con su novio. Es su novio porque le habla con tono de novia y además porque no va a cortar hasta después de haberse bajado del colectivo en Ramos. Nadie puede hablar de Palermo a Ramos salvo que tenga a la persona gratis. Y la mamá no era. Le cuenta de la traición de Camila. Dramatiza. Dice su cara que el novio no está tan indignado con Camila como ella. La de la guitarra se volvió a poner a llorar. La conversación telefónica pasa del chisme al drama en menos de dos estaciones de metrobus. "Yo no sé si puedo o no puedo estar con vos". Eso no se le dice a un novio por teléfono desde un 166 atestado a mediados de Diciembre y cuando acabás de ser traicionada y dejada sin vacaciones en Brasil al mismo tiempo. Claro que nadie tiene ganas de nadie cuando está en esas condiciones. Pero la chica no analiza sociohistóricamente su enojo. Grita tanto que ya no soy yo sola, hay dos señoras enganchadas con la historia. La amiga se baja. En algún momento, desapercibida, dejó de llorar. Recién pasando Díaz Velez se pone a llorar la del teléfono. Igual no corta. La señora que le prestaba atención parece decepcionada cuando se tiene que bajar. Estamos por llegar a Ramos y yo pienso si tengo alguna excusa para quedarme, ahora que empezó el drama. "No se si no me voy, con vos tengo un problema de confianza" "Decime si no estás de acuerdo" "No, no te voy a reconocer eso. No sos la persona que pienso". Toco el timbre y se para ella también. Sonrío. Me imagino que baja del colectivo y la espera el chico para ver el final de la telenovela en 4D.  Bajamos. Va para la estación. Yo tengo que doblar. La miro, trato de deducir algún último dato, espero que se materialice el novio o el amante o Camila... No pasa nada. Doblo en el cotillón. En la puerta de una verdulería dos señores comen una especie de asado mientras tienen una conversación mafiosa, pero esa es otra historia. 

16.12.13

No sirve para metáforas

Había dos personas. Una tenía un concepto de compañía parecido a la democracia restringida al voto y el otro a la democracia participativa. La segunda era yo.
Había dos personas. Una tenía un concepto de compañía parecido a la democracia restringida al voto y el otro a la democracia participativa. La primera era yo. 
No me gusta estudiar historia ni política porque salen metáforas horribles. Para las buenas metáforas hay que estudiar filosofía, biología o cocina. 

12.12.13

Asimétrico.

Como un planisferio. Como las políticas de comunicación educativas. Como la cara de alguien angustiado. Como todos los tipos de afecto y de lazo y todas las maneras en que las personas se relacionan.

11.12.13

Patios vacíos

Ensalada de mayúsculas.
¿Quién cada cosa?
Al final nadie nada.
Demasiados patios,
vacíos.
El tiempo es elástico,
más de lo que parecía.
Diciembre no va a terminar nunca
pero diciembre no alcanza para nada.
Estamos grandes
Y queremos ser un poco chicos
Y un mantel de plástico
de un cuento que era muy bueno
Y haber sido más del tiempo de jardines con rosales,
pan con mermelada
y novela de la tarde.
Ese era contexto para novelitas.
Y ahora estamos tan urbanos
Tan rutina de 8 horas diarias
Tan nos vemos cuando terminemos
Y nunca terminamos
Y nunca existimos
Tan forzado ese plural
Te deseo una vejez entretenida
O una vida corta,
Si no va a ser un infierno
Porque recuerdos no vas a tener.

10.12.13

El espejo roto

Todo es una cuestión de cosas biológicas y químicas que ignoramos pensando en las humanidades y todo es un invento del capitalismo y todo es por un trauma inconsciente de la infancia pero sobre el enredo y desenredo de los músculos con un estímulo que no es absurdo no hay nada que decir. Ojalá hubiese querido ser reina. 

Piedra

¿Alrededor hay un show de egos revoloteando por el verano y yo voy a perder el tiempo leyendo decretos? Prefiero las historias que la Historia, incluso aunque en todas juegue de afuera, mire distante, y cuando ocasionalmente coqueteo con el desarrollo, me escape o se me escapen. 
Duda existencial, mientras me preparo un té: ¿mal humor califica como sentimiento? porque otra cosa, últimamente... 
"Dícese del que no tiene sentimientos": no hay palabra para su definición.

5.12.13

No estaría lloviendo

El teléfono inteligente dice que llueve y un mensaje dice que todo bien carita feliz y otro que hoy arranco a estudiar a ver si llego para el primer llamado y un mail dice que casi termino el trabajo y mando todo terminado en unos minutos y la web de frávega dice que las impresoras están baratas y una imagen mal diseñada habla de fiesta y they can't wait. Pero no está lloviendo. Para nada. No llueve, no va llover, ese celeste se ve por la ventana y nada está bien dentro de ese dispositivo.

90°

El agua tiene un punto en el que parece que va a hervir, si la tocás te quema, pero ponés el saquito y el té no se hace. Queda blanco. Nisiquiera trasparente, se blanquea por alguna razón. Y podés meterlo 30 segundos en el microondas para que salga el color, pero es un té recauchutado. Y no hay nada más que hacer.

1.12.13

Final de fiesta

En camisón (camisón entre comillas) pero con los ojos pintados, linda como de película que acaba de empezar. La terraza abierta. Corre viento. El ventilador revolea unas fotocopias que nunca sacó de la mesa. Medio vaso de cerveza caliente. Y todo lo que falta, (lease lo que se quiera, lo que se pueda), reemplazado por un cover en castellano de una canción que alguien dijo que era buena. Saca vasos de la mesa, barre el piso. Mira por la ventana. Parece navidad o fin de año, pero no es. Faltan muchas de estas escenas para que el año termine. Diciembre es un fin de fiesta eterno y agónico. Que empezó hace sólo dos horas y cinco minutos.