13.8.14

Cactus regalado

¿Qué voy a hacer contigo? ¿Acaso un Omelette? ¿Regarte y que te crezcan las espinas, y luego arrancártelas con una pincita, para poder tocarte otra vez? ¿Llenarte de agua, como si fueras un vegetal cualquiera, y fingir que no sabía que eso no era para vos? ¿Dejarte afuera y ver que pasa, si hechás raíces en la tierra y nunca más puedo sacarte? o si te asfixian las lluvias, o te parte un rayo, o  te mata una tormenta... o quizás el rayo te quema y te transforma en otra cosa, o se te trepa un liquen y te convertís en parte de una enredadera. Quizás te coma el perro y le sangre la boca y haya que llevarlo al hospital, quizás te atropellen y además te odien por pinchar las ruedas de la bicicleta. 
O puedo dejarte adentro, cerquita de la ventana y mirarte todos los días, como te da el sol, y adornarte con piedritas de colores y cambiarte cada año de maceta, pintar una muy grande y arrancarte los yuyos y ponerte como amiga una alegría del hogar. O puedo empezar con vos mi colección de cactus, y traer primero uno cada día y después uno cada mes, hasta que me aburra, y me pase a los pótus. 
O puedo emocionarme y lastimarme todas las manos tratando de agarrarte. Y puede pasar lo mismo si te trato de arrancar. 

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