11.12.14

No es abajo

Me contó una amiga católica, que el infierno no es más que un cielo con distancias. Como la distancia entre la casa de madre y el baño del local de choripanes de santa fé y juan b justo. Como la distancia entre los ukeleles y la página cientoveinticinco del libro de Benjamin. Como la distancia entre la luna y la luna nueva. Como la distancia entre las papas al horno y las oreos con yogurt. Como la distancia entre el ruedo del vestido y los flecos de la bufanda azul. Como la distancia en bici entre morón y chacarita. 
Y mucho más grandes, que las distancias entre caracol y un beso, entre canchera y ternura, entre pestaña y uña, entre guitarra y vino, entre ventana y puerta. Todas esas distancias, supe haberlas atravesado.  Por eso, por favor, la próxima vez que me mires, tené la decencia, de no tener miedo, de arrastrarme a ningún lado.


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