24.1.15

Pueblo con helechos

Antes, las vidas eran más parecidas a un patio fresco con galería y helechos colgando. Con sillas de caño y tierra en el piso y un macetero de cemento con una de esas plantas de hojita de moneda que sólo crecían donde había abuelas. Los helechos son plantas de época. La plaza de este pueblo chico encierra porque no queda nada de pueblo en este chico. No me iría a dormir nunca. Alguna vez el cielo tuvo en casa estas mismas estrellas. Ahora hay que andar trepando en pueblos con helechos, hasta arriba de la colina del cementerio, en la que viven sólo los muertos, para verlas un poco. Y ya nadie quiere jugar a eso. Los juegos nuevos tienen las reglas demasiado claras, están demasiado lejos de esas escondidas en las que de repente valía esconderse en el balcón del fondo y de repente dejaba de valer.

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