6.7.14

Kropotkinskaya


Kropotkinskaya es una paradoja porque hoy es un lugar remoto, una estación de Metro de Moscú que es uno de los puntos del mundo más lejos de mi casa, que tiene unas luces navideñas de bandera rusa (que quizás ya ni tenga), 3 o 4 negocios de flores, celulares y quebab, un suelo eternamente patinoso y un montón de apariciones en los recuerdos del grupo de desquiciados que eramos en Enero. Pero en esos días era como mi casa, porque si me preguntaban yo decía "Yo vivo en Kropótkinskaya", y es como uno de los lugares que más conozco en el mundo, porque durante un mes y medio, hasta que me fui a vivir a VDNH, pasaba por ahí todos los días 3, 4, 5, 6 veces del hostel para allá. A la mañana para ir a las escuelas cuando todavía faltaban horas para que sea de día. A la tarde para ir a un museo, a un parque, a caminar. A la noche para ir a comer. A la nochecita para ir a tomar una cerveza a SPB. A la madrugada para correr el subte antes de la 1 y salir a bailar. A las 5 y cuarto volviendo en el primer tren. Yo y muchos más, ellos que ahora andan en sus respectivas partes del mundo pero que se deben acordar, como yo, de cada baldosa, cada vidriera, y cada risa y grito de esa estación.


Nótese la inscripción entre mi bota y el tacho.

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