15.9.11

Ánimos climáticos


Hay cierta tendencia de la gente a pensar que la primavera y los días soleados traen la felicidad. Es común ver a la gente más contenta y más enamorada desde que se va el invierno, que todos sonrían y digan “qué lindo día” a cada rato. Incluso yo llegue a pensar que el clima manejaba mi estado de ánimo. Como si el calor causara alguna reacción en el cerebro que produce la risa, o la luz solar hiciera ver el mundo como si fuera más bello. Como si el gris de las nubes tuviera la capacidad de trasladarse a las mentes y a las almas y la lluvia hiciera llorar.
Pero es al revés.  Una persona que sonríe hace sonreír a otra casi por reflejo. Y esa le sonríe a otra que también responde y algunos se terminan riendo a carcajadas. El sonido de una carcajada tiene una frecuencia capaz de alterar el comportamiento de un animal pequeño, como una hormiga. Entonces el contagio de una carcajada a una porción significante de la población, tiene la capacidad de afectar el comportamiento de grandes colonias de hormigas, que dejan de trabajar y se recluyen porque intuyen que ocurre algo raro. Al cesar el trabajo de las hormigas, menos plantas son devoradas por ellas. La mejora de la salud de las plantas atrae aves que migran desde lugares lejanos para refugiarse entre árboles frondosos y flores de colores. El aleteo constante de los pájaros es suficiente para alterar los vientos y la presión atmosférica, lo que desplaza las nubes y le permite al sol brillar.

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